Así como el brillo de estrellas que ya han muerto, es visible durante años,
el reflejo de nuestras acciones, pensamientos, palabras y emociones,
perdurará más allá de cada uno de nosotros.
—
Águeda y Mario rondan los 60. Han llegado a esta edad tras una larga convivencia marcada por la soledad. Juntos, pero no unidos ni enamorados, han criado dos hijos que ya han abandonado el domicilio familiar.
Sentado uno frente a otro, se miran a los ojos. La distancia física entre ambos es apenas un metro. La distancia emocional es incalculable. Ella lo busca. Él le dice que está ahí. Ella le contesta que está presente pero no le siente cercano. Un universo les separa. No sabemos qué les ocurrió, sólo sabemos que sus hijos crecieron respirando esa soledad y transmitiéndola a sus descendientes.
Clara es nieta de un nieto de Mario y Águeda. Hasta hoy no sabía nada de la vida de sus tatarabuelos. Sin embargo durante la sesión, los ha visitado. Sentándose y sintiéndose en su lugar, ha aprovechado la ocasión para recuperar algunas memorias de Mario y Águeda y hacerlas conscientes. Cuando se ha despedido de ellos, sus semblantes lucían diferentes.
Clara sonríe al marcharse. Cuando regresa a su casa, también ella ha cambiado. Se ha liberado de sentimientos y emociones que no le pertenecían, y que inconscientemente había aceptado como parte de su linaje.
—
Escribí este relato tras una sesión de trabajo transgeneracional y genealógico, hace ya más de dos años. Hoy me he acordado de esta pareja y de como sus vidas marcaron las de sus descendientes. Y es que, nuestras vidas que son únicas y maravillosas, están irremediablemente ligadas a las de nuestros antepasados (tanto si lo reconocemos como si no, y tanto si nos gusta como si no). Por eso, hoy he recuperado y compartido este texto (con permiso de aquella paciente y sus familiares, a quienes he cambiado el nombre para preservar su intimidad).
Cada vida (y cada día) es una oportunidad excepcional para reconocer, aprender y crecer.
Ahora puedes reconocer, honrar y agradecer a tus antepasados.
Ahora puedes elegir cómo vivir y qué transmitir.